Cada verano, se repite el mismo escenario: aparecen grietas en las fachadas, las casas se deforman, las rutas se levantan. ¿La causa? El fenómeno de Retracción-Expansión de las Arcillas (REA), acentuado por la sequía.
Este flagelo silencioso afecta a gran parte del territorio francés, y los siniestros relacionados con el RGA aumentan año tras año. Frente a este desafío, se impone una nueva generación de soluciones: los sensores conectados de monitoreo estructural.
RGA: un fenómeno invisible pero temible
El RGA resulta de las variaciones en el contenido de agua en los suelos arcillosos. Cuando está seco, estos suelos se contraen; cuando se rehidratan, se expanden. Resultado: movimientos diferenciales bajo las fundaciones, provocando fisuras, desórdenes y fragilización de las estructuras.
Con la intensificación de los episodios de sequía, el fenómeno se acelera. Según la MRN, más de 10 millones de casas individuales están hoy en día ubicadas en zonas de riesgo. Sin embargo, el seguimiento preventivo sigue siendo raro, a menudo limitado a inspecciones puntuales o visuales.
¿Cuándo se vuelve peligrosa una fisura?
Es crucial distinguir los tipos de grietas para evaluar su gravedad:
- Microfisuras: Inferiores a 0,2 mm, generalmente son superficiales y no representan un peligro inmediato.
- Fisuras finas: Entre 0,2 y 2 mm de ancho, pueden ser benignas, pero requieren vigilancia si evolucionan o se multiplican.
- Fisuras profundas y peligrosas: Más allá de 2 mm de ancho y 20 cm de largo, son preocupantes, especialmente si son atravesadas (visibles por dentro y por fuera). Estas fisuras pueden indicar problemas estructurales serios y deben ser evaluadas por un experto.
Sensores conectados: monitorear de manera continua para anticipar los riesgos
Ahí es donde interviene la tecnología. Gracias a sensores conectados como los desarrollados por Feelbat, se vuelve posible monitorear en tiempo real y a distancia la evolución de las fisuras y los movimientos de terreno.
Ejemplo: el DELTA L+ mini, un sensor de fisuras ultra compacto, capaz de detectar cambios del orden de la décima de milímetro. Fácil de instalar, transmite sus datos automáticamente a través de una aplicación móvil.
Combinación de datos: Los movimientos del suelo influyen directamente en las fisuras. Por lo tanto, es esencial comprender esta interacción. Al combinar los datos de los sensores de fisuras con los de los sensores de movimiento del suelo, se obtiene una visión global y precisa de la salud estructural del edificio.
Resultados :
- Visión continua de las deformaciones.
- Alertas automáticas tan pronto como se supera un umbral crítico.
- Reducción de los costos de intervención y desplazamiento.
Aplicaciones concretas en el terreno
Los sensores ya se utilizan en áreas clasificadas como desastre natural por sequía. Permiten:
- Seguimiento de la evolución de un siniestro, para respaldar un expediente de indemnización.
- Prevención de desórdenes estructurales en etapa temprana.
- Mejor planificación de los trabajos de reanudación en subestructura.
Algunas comunidades incluso integran estos sensores en sus estrategias de gestión patrimonial, con el fin de seguir el impacto de las sequías en los edificios públicos o en las vías sensibles.
Ejemplo: La ciudad de Auriol ha implementado sensores Feelbat para monitorear las fisuras que han aparecido en algunos edificios municipales, permitiendo una intervención rápida y específica.
Datos clave para actuar, no para sufrir
Una de las grandes contribuciones de la tecnología es la disponibilidad de datos objetivos, accesibles desde cualquier lugar. Gracias a la aplicación Feelbat, los estudios de investigación, expertos judiciales, agrimensores o entidades pueden:
- Consultar el historial de medidas.
- Exportar los datos para informes detallados.
- Identificar las zonas de evolución activa.
Este enfoque transforma la gestión del riesgo RGA: ya no se sufre, se comprende y se anticipa.
Una solución adaptada a todos los actores del sector
Ya sea en diagnóstico inicial, en seguimiento post-siniestro, o en el marco de un contrato público, los sensores conectados de Feelbat se adaptan:
- A los expertos para documentar las evoluciones.
- A las entidades para supervisar su patrimonio.
- A las empresas de la construcción para reforzar la seguridad en el sitio de trabajo.
- A los propietarios damnificados para apoyar su gestión ante las aseguradoras.
Una solución adaptada a todos los actores del sector
Con el cambio climático, los episodios de sequía se intensificarán. La Retracción-Expansión de las Arcillas ya no es un riesgo marginal: es un desafío central para el sector de la construcción y la geotecnia.
Pero con herramientas adecuadas, como los sensores conectados de Feelbat, se vuelve posible retomar el control, actuar en el momento adecuado y preservar de manera sostenible las estructuras y las personas.
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